Sin
ser gaditano, pero amando esa tierra como el que más, me voy a permitir el lujo
de hablar un poquito de carnaval. Pero no de la fiesta del carnaval en Cádiz,
sino de su poder para difundir ideas, y de cómo históricamente ha sabido sobreponerse
a la censura de las altas esferas que callaban a poetas y escritores. Estudiosos dicen que ya en el siglo XVI es
cuando aparecen las primeras referencias a este carnaval. El siglo XX ha sido
la época de perfeccionamiento de las agrupaciones. Durante la Guerra Civil, se
prohibió el carnaval, algo que en el pueblo gaditano jamás llegó a conseguirse,
pues de manera oculta y sin darle mucha publicidad lo celebraron. Así hasta el
año 1948 cuando revivió de cara al público. Con el tiempo fue madurando de
nuevo. Con la aparición a escena del maestro Paco Alba (1918-1976),
consiguieron reinventar el carnaval. Hacerlo mejor que el que se hacía antes de
la guerra. Según dicen era muy bueno. Se produjo una universalización del
carnaval. De ahí hasta hoy en día, tal y como lo conocemos.
Dejo
de hablar de la historia más reciente de estas fiestas, para adentrarme al
apartado del que quería hablarles yo.
Cádiz
y carnaval, dos palabras que aunque a muchos no gusten van cogidas de la mano. No
pensemos que en Cádiz es solo fiestas y alegrías. El aspecto más curioso, es
como esas coplas sirven de crítica a la sociedad. Cádiz, cuna de la libertad,
la libertad de pensamiento y el liberalismo en España, es el lugar donde
también reside el hogar de grandes poetas y pensadores, que con un simple
pasodoble, pueden hacer temblar a todo un juez, político o monarca. Sus letras
están inspiradas en el pensamiento del pueblo. Lo que les duele a los ciudadanos
se refleja en sus coplas. Canciones que sirven de himnos para que nos
levantemos contra el poder que nos bloquea el avance, que hacen ver que se
equivocan esas personas que se supone que nunca lo hace.
En
fin, el carnaval, alegre, dicharachero, serio y valiente. Cuando escuches algo
de Martínez Ares, Juan Carlos Aragón, el Selu, El Yuyu, Cañamaque, el Peña o
Julio Pardo, párate a escuchar lo que dicen y su mensaje, verás la magia del
carnaval.
totalmente de acuerdo contigo. yo creo que el carnaval sirve de plataforma para que las personas del pueblo puedan ver reflejados sus quejas, peticiones y lamentos a una sociedad que cada vez va a peor y no sabemos como va a terminar
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