El capitalismo
americano conduce a una sociedad cerrada, porque integra dentro de ella una
disciplina y unos valores propios que comprenden todas las dimensiones de la
existencia. Lo negativo no se controla en los estados previos al desarrollo de
la sociedad. Esto se domina y se convierte en un arma para manejar al pueblo. La
fuerza del miedo es usada para esto. Esta es una herencia propia del
absolutismo durante la antigüedad, que usaban castigos públicos para crear el
temor en la población y que esta se comportara como el poder quería. Pero la
democracia refleja estos valores mejor que los reyes absolutistas. Vemos en la
actualidad como en países donde “reina” la democracia, o una libertad supuesta,
portadas de revistas son censuradas, la gente se tiene que echar a las calles a
luchar por sus derechos y son tratadas a golpe de porra y violencia por parte
de las fuerzas policiales de los estados. Vemos como esta brutalidad lo que
pretende es que con el miedo infundido en esas personas a través de estas
acciones, dejen de realizarlas. Como en un país inmerso en una crisis, se
permiten el lujo de organizar Juegos Olímpicos o demás derroches que no hacen
otra cosa que agravar esta situación de malestar económico.
A través
de la unión monetaria, se intentó dar un paso adelante en el desarrollo social
y económico de la unión europea, pero esto no ha conseguido otra cosa que la
debacle financiera de muchos países controlados por bancos e instituciones que
mueven grandes cantidades de dinero, solo buscando el lucro.
Para poder
salir de este sistema opresor, dice Marcuse, que el instinto de libertad tiene
que ser una fuerza instintiva que nazca de los oprimidos, no algo que nos
obliguen a hacer, pues seguiríamos bajo el yugo de otro opresor distinto que
nos mueve a realizar dicha acción.
Hay que
buscar líderes que se opongan a esas personas que reinan en la sociedad
represiva. Tal es el caso de Julian Assange, una persona cansada de las
mentiras de países, instituciones financieras, gobiernos, etc. Llevan años contándoles
a sus ciudadanos y que con ellas se han ido creando una figura reforzada. Pero todo
es mentira, tras esta fachada de que EEUU lucha por la búsqueda de la paz, se
encuentran cientos de miles de asesinatos indiscriminados sobre civiles
inocentes, bancos que tergiversan fondos, etc. La juventud es la esperanza de
la liberación, ellos tienen que ser los que propongan los nuevos valores
socialesy culturales para que podamos vivir en una paz armoniosa, pero carecen
de poder material. Las personas que ostentan este poder son aquellos que ocupan
puestos importantes, médicos, ingenieros, arquitectos, que no se preocupan por
estas cuestiones, puesto que viven muy bien con el sistema tal y como es y un
cambio podría empeorar su situación.
Por otra
parte este autor define muy bien la actuación errónea del capitalismo, siendo
esta ideología y movimiento ya a nivel mundial, un claro ejemplo de dominación
por parte de los más poderosos. No da lugar a que el pueblo, aquellas personas,
entidades con menos recursos puedan
salir delante de una forma firme. El capitalismo es una especie de barrera
controlada por los sistemas financieros globales que se encarga de dirigirnos a
su antojo.